LA REINA ISABEL II UN ICONO DE MODA.
El pasado 8 de septiembre
falleció en el Castillo de Balmoral Elizabeth Alexandra Mary Windsor a los 96
años (Londres 21.04.1926- Castillo de Balmoral 08.09.2022).
Cuando me planteé este artículo,
pensaba escribir de la Orden del Toisón de Oro; en esos días falleció la Reina
Isabel II y pensé en la Orden de la Garreta que entre muchas personalidades
ostentan el Rey Juan Carlos I y desde 2019 el Rey Felipe VI.
Posteriormente al ver las
“meteduras de pata” de alguna Comunidad Autónoma al decretar luto oficial y los
horrores que se han podido apreciar con el uso de las banderas también pensé
que sería un buen tema, pero finalmente he decidido escribir de este tema que
pienso que os encantará como y que además es una bonita manera de rendir
homenaje a una reina que ha sido una “influencer” de la moda con su propio
estilo y personalidad.
Sombreros, vestidos,
abrigos, bolsos, collares, broches, pañuelos y zapatos han cautivado al mundo
durante 70 años.
Habrá a personas que les
gustará más, menos o nada su estilo, pero lo que es indiscutible es que transmitía
optimismo, vitalidad.
El 20 noviembre de 1947
se celebró la primera boda real tras la II Guerra Mundial, entre la princesa
Isabel y Philip Mountbatten, en aquel momento aún era princesa heredera a la
corona británica; además eran tiempos de posguerra y seguía el racionamiento de
muchos productos entre ellos las telas.
El diseñador Norman
Hartnell fue el encargado del vestido de novia que, a pesar de contar con un
presupuesto limitado, la creación fue espectacular.
El vestido se confeccionó
en satén de seda procedente de China, y bordado con cristales y 10.000 perlas
importadas de Estados Unidos y bordados repartidos por toda la pieza que
incorporaban estrellas y motivos florales que rendían homenaje a los países de
la Commonwealth. Hartell se inspiró en uno de los cuadros más famosos de Botticelli
“La Primavera”. Como diadema escogió la Fringe Tiara, propiedad de su abuela la
Reina María y realizada con 47 barras de diamantes entrelazadas.
Hay que resaltar que en
aquel momento aun existían los cheques de racionamiento, la princesa Isabel fue
guardando sus cheques para comprar el vestido, este detalle le acercó a la
ciudadanía y muchas inglesas llegaron a enviarle sus propios cheques al saber
que estaba ahorrando para comprar su vestido de novia. Ella acabó devolviendo
estos cheques y el gobierno del momento le otorgó 200 cupones extra para la
elaboración del vestido.
El 2 junio 1953 día de su
coronación, Isabel II volvió a confiar su estilismo a Harnell, quien
confeccionó un vestido de seda blanca bordada con los emblemas florales que
representaban al Reino Unido y a todos los países de la Commonwealth.
Creo que fue a partir de ese momento cuando la ya Reina se dio cuenta de que podía “hablar” a través de su manera de vestir. Un detalle que también utiliza en la actualidad nuestra reina Letizia; y que desde mi punto de vista me parece muy acertado porque demuestra que se preocupan y ocupan por “agradar “y solidarizarse en muchas ocasiones con las causas y los países en los eventos a los que acuden.
Otros nombres propios en
el vestidor de la reina han sido Steward Parvin, durante 11 años, contó al
Sunday Times que en palacio se llevaba a cabo un exhaustivo archivo de todo lo
que la reina vestía con fecha, detalles de todas las prendas y el evento en el
que lo utilizaba para no repetir vestuario. Existía un amplio pantone de
colores con un código en clave que sólo conoce el personal de su vestuario.
Desde 2002 Angela Kelly
ha sido su asesora personal en temas de vestuario, joyas e insignias a Isabel
II. Según Kelly la reina podía llegar a cambiar hasta siete veces al día de
“look”; escribió su autorización dos libros:
“The Queen: The
JubileeWardrobe” y “The Other Side of the Coin”; en ellos cuenta que le gustaba
reciclar y adaptar prendas, y que cuando estas ya habían salido en prensa
varias veces las modificaba o las dejaba para ocasiones privadas.
No cabe duda que fue un icono de moda repitiendo una sencilla formula: vestido largo por debajo de las rodillas, abrigo recto ambos de colores brillantes y a juego con el sombrero o tocado, bolso de asas de la marca Launer, zapatos a juego de tacón bajo, broche de diamantes en la solapa y collar de perlas.
BOLSOS
El primer bolso Launer lo
adquirió la reina madre en la década de los años 1950.
Podríamos decir que para
Isabel II, era un complemento inseparable. Se calcula que tiene alrededor de
200 bolsos.
Los expertos aseguran que
cada año encargaba unos cinco nuevos modelos de estos bolsos. Gerald Bodmer
creador de la firma habló en su día algunos detalles: Angela Kelly es la que se
dirigía a la marca e indicaba las características que debía tener el
complemento, una condición imprescindible es que estuvieran fabricados en el
Reino Unido.
Según Bodmer: “solíamos
trabajar en un bolso que ya tenemos y se personalizaba con lo que A. Kelly
sabía que quería la Reina.
Las piezas están
realizadas en cuero vacuno, con detalles en color oro. Generalmente los colores
que solía utilizar Isabel II en su día a día eran negros o azul marino, también
desea que sean livianos a pesar de los extras.
La firma de marroquinería
asegura que los tres modelos que utilizaba su majestad eran: The Lucia, The
Judi y The Encore, realizados exclusivamente para ella.
La firma produce todos
sus bolsos en su fábrica de mujeres y cada uno de ellos es el resultado de 8
horas de trabajo de forma artesana. La producción anual es de unos 150 bolsos
al año.
Los precios que aparecen
en la web de Launer oscilan entre 1.900 y 3600euros, siempre que las personalizaciones
no sean muy exigentes, de lo contario se añaden 80 euros por hora de trabajo.
Con motivo del jubileo de
platino de la Isabel I, Launer lanzó una edición especial con cinco colores:
rojo mandarina, morado monarca, azul nube y marrón ciervo; aunque hay
disponibilidad de personalizar el color y el diseño; desde mi punto de vista un
modelo muy elegante a la par que sencillo.
Códigos
de comunicación de Isabel II a través del bolso.
Según algunos expertos en
comunicación la reina lo utilizaba para enviar mensajes clave a su equipo:
-Si se cambiaba el bolso
de brazo durante una conversación, quería decir que se aburría o quería
finalizar la conversación.
-Si dejaba el bolso
encima de la mesa quería decir que la conversación había concluido.
- Si dejaba el bolso en
el suelo era señal para sus ayudantes de que deseaba irse o estaba en apuros.
Personalmente soy muy
escéptica antes tales afirmaciones, aunque las he nombrado ya que me parecen
curiosas.
¿Que
llevaba en el bolso Isabel II?
Se ha hablado mucho estos
días de este tema, incluso se ha llegado a decir que las cámaras desde arriba
han visualizado el interior del bolso, es otro aspecto o afirmación que pienso
que son temas que se hablan para rellenar espacios televisivos.
Tal vez los más allegados
podrían saber lo que había en el interior de su Launer. He leído que han dicho
que podría llevar un pañuelo, un paquete de caramelos de menta, una pluma
estilográfica, libras sueltas para la donación en la iglesia, un pequeño espejo
y un lápiz labial.
También pongo en “cuarentena”
tales afirmaciones.
SOMBREROS,
TOCADOS, PAÑUELOS
Los sombreros formaban
parte esencial en su vestuario.
Desde que llegó al trono
ha lucido más de 5.000 piezas de diseño exclusivo, aunque pueda repetirlos cada
cierto tiempo; la mayoría firmadas por el británico Philip Somerville, quien
también trabajó para Lady Di.
No se dejaba llevar
fácilmente por las tendencias del momento, era fiel a sus gustos, tenía una
personalidad y elegancia innatas.
Los colores de sus
sombreros iban siempre coordinados con el color del abrigo, le gustaba que
estuvieran decorados con flores, plumas u otros abalorios.
Una característica de
todos ellos era que el ala nunca debía tocar el abrigo ni quitarle visión.
Los sombreros se
realizaban a mano, se tardaba en confeccionarlos más de 40 horas. Los de
invierno eran de lana o de fieltro y se moldeaban con vapor; los de verano se
realizaban en rafia, lino o raso.
Existen pocos momentos en
los que haya salido sin este complemento o sin sus increíbles pañuelos de seda,
su firma favorita era Hermès. Los solía usar en sus estancias en el Castillo de
Balmoral, en fines de semana informales, para montar a caballo.
La primera vez que Isabel
II acudió a un desfile fue en febrero de 2018 en la Semana de la Moda de
Londres, para hacer entrega del premio “Queen
Elizabeth II for British Desing” al diseñador Richard Quinn, premio a
diseñadores emergentes; fue el único diseñador del mundo que contó con la reina
Isabel II en la “front row” (primera fila) en un desfile, iba acompañada de
Angela Kelly y
Anna Wintour, una de las
personas más influyentes de la industria de la moda.
En 2017 Stella McCartney también
se inspiró en la reina de Inglaterra con looks que recordaban a los que la monarca
lucio en Balmoral.
VESTIDOS
Y ABRIGOS
El vestidor de Isabel II
ocupa toda una planta del palacio de Buckingham.
Su estilo ha variado poco
en estos 70 años de reinado.
Cada uno de sus trajes
era confeccionado a medida y era exclusivo. Es importante aclarar que la reina
de Inglaterra no podía coincidir con nadie en su indumentaria. Sus trajes eran
únicos.
Así como otras reinas o
princesas actuales han coincidido con alguna invitada con el mismo atuendo con
Isabel II, eso era impensable.
Personalmente me
encantaba su personalidad y estilo atemporal, con esos colores vivos y
chillones que además de tener un motivo transmitían alegría y vitalidad.
Isabel II media 1,61 cm
de estatura, y los tacones de sus zapatos no solían superar los 3 cm, un
“problema” para resaltar entre la multitud y en cierto modo también por
seguridad, por ese motivo cuando acudía a un acto o evento nada mejor que
vestir con colores llamativos para no pasar desapercibida tanto para sus
súbditos, como para sus escoltas.
Las tonalidades elegidas
por la monarca era como he comentado antes una manera de garantizar su
seguridad.
Me gustó mucho el
conjunto verde esperanza que lució el pasado mes de junio durante los actos del
jubileo.
Y también el nuevo color
que ha puesto de moda Pantone “Very Peri” (entre lila claro y rosa) que lucio
en Edimburgo en un abrigo cruzado con botones en la parte superior, el diseño
no era mucho de mi agrado, pero el color me parece fantástico. Ya es tendencia
en pasarelas mundiales tanto en ropa como en complementos.
En sus estancias en
Balmoral cambiaba el colorido de su indumentaria por los tonos verdes y colores
más discretos.
Isabel II no podía vestir
de negro excepto en funerales y exequias.
Los PARAGUAS eran siempre transparentes y rematados con un vivo del
mismo color que el vestido y el sombrero. Otra forma de potenciar su
visibilidad en días de lluvia.
ZAPATOS
Desde hace más de 50 años
era fiel a una misma firma de zapatos “Amello & Davide”, hechos a medida.
Solían ser de color negro
y cómo he mencionado anteriormente con un tacón máximo de 3cm.
Esta firma fue fundada en
1922 y en los años 60 empezó a trabajar para la Reina Madre y en 1936 se les
otorgó el sello real.
OTROS
COMPLEMENTOS
No podemos imaginar a
Isabel II sin su collar de perlas, regalo de su abuelo cuando era niña. Y otro
complemento que nunca faltaba en su solapa eran los diferentes broches de
brillantes.
Se ha ido un icono en
muchos aspectos, de estado, por la estabilidad que dio a la monarquía a pesar de
los problemas familiares que nos demostraba que eran los mismos que ocurren en
muchas familias del mundo. Creo que fue un punto de unión para la misma.
Y como estamos hablando
de moda, con su personalísimo estilo lo fue también en la vestimenta.
Rest in peace your Majesty
Alicia Sánchez Cañadas
Gracias por compartirlo, Alicia!
ResponderEliminarMuy interesante, como siempre. Gracias, Alicia :)
ResponderEliminarUn reportaje fantástico, y que hemos podido ver a lo largo de su vida. A veces no de mi completo gusto, pero personal del todo que es lo que vale. Un fuerte abrazo
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